Mi transición del mundo de la cerrajería al arte del metal no fue un cambio sencillo, pero fue impulsado por una intensa pasión por la escultura y el diseño. Cada soldadura, cada pieza de metal doblada, se convirtió en una oportunidad para expresar mis emociones y visiones de una manera única. El proceso de creación se convirtió en una danza entre la habilidad técnica y la imaginación desenfrenada.

A lo largo de los años, mi enfoque artístico ha evolucionado, pero siempre manteniendo la esencia de mi amor por el metal y su capacidad para transformarse en obras de arte que hablan por sí solas. Mis creaciones capturan la belleza de la naturaleza y la fusión entre lo industrial y lo orgánico, desafiando las convenciones y creando piezas que inspiran a quienes las contemplan.